El Verdadero Templo de Nuestra Existencia
El Cuerpo Después de los 70: El Verdadero Templo de Nuestra Existencia
¿Alguna vez te has preguntado qué significa realmente estar vivo después de los 70? No me refiero solo a contar años, sino a cómo sientes y vives dentro de tu propio cuerpo, ese templo que te ha acompañado toda la vida. Porque, seamos honestos, cuando cruzamos esa barrera mágica de los 70, el cuerpo ya no es simplemente un conjunto de huesos y músculos, es el vehículo con el que experimentamos el mundo — y merece mucho más que cuidado superficial.
El cuerpo es más que físico: es nuestro hogar, nuestro santuario.
Si lo pensamos desde una mirada holística, el cuerpo es el escenario donde se desarrollan todas nuestras emociones, pensamientos y experiencias espirituales. No es solo algo que usamos, sino con lo que conectamos y a través de lo que vivimos la magia de estar aquí. Y aunque pueda parecer obvio, muchas veces lo olvidamos. Creemos que por la edad, el cansancio o el desgaste “es normal” sentirse apagado, lento, sin ganas… pero eso no tiene por qué ser así.
Respetar el cuerpo después de los 70 es un acto sagrado.
Escuchar sus señales es la clave. Porque ese leve dolor, esa fatiga o ese bajón de energía no son solo síntomas para ignorar. Son mensajes. El cuerpo nos habla con un lenguaje sutil: nos pide descanso, nutrición, movimiento y, sobre todo, amor. Sí, amor. Porque tratarse con cariño es la mejor medicina. No se trata de exigencia ni presión, sino de una relación consciente y compasiva con uno mismo.
Descansar bien es fundamental. No solo para recuperar fuerzas, sino para dejar que el cuerpo regenere su energía vital. Nutrirlo con alimentos que lo honren, que lo llenen de vida, no solo de calorías vacías. Y moverlo con amor, no con obligación: un paseo tranquilo, un estiramiento suave, una respiración profunda que conecte con la esencia más profunda.
¿Por qué es tan importante esta conexión holística?
Porque cuando el cuerpo está en equilibrio, la mente se calma y el espíritu se eleva. Esa sensación de vitalidad que muchos creen perdida puede renacer, y con ella, la capacidad de disfrutar cada instante con plenitud y presencia.
Aquí va un secreto: el cuerpo después de los 70 no es un castillo en ruinas, sino un templo que aún puede brillar con luz propia.
Cuando aprendemos a escucharlo, a respetarlo y a cuidarlo desde esa mirada amorosa y espiritual, descubrimos que aún hay un camino lleno de energía, experiencias y aprendizajes por recorrer.
¿Te animas a hacer las paces con tu cuerpo hoy?
Déjalo ser tu aliado y compañero de vida, no un enemigo al que hay que vencer o ignorar. Esa relación sincera te llevará a vivir más presente, más despierto y, sobre todo, más feliz.
¿Quieres descubrir cómo empezar este viaje de amor y respeto hacia tu cuerpo? Aquí va un primer paso: cierra los ojos, respira profundo y pregúntate, ¿qué me está queriendo decir mi cuerpo hoy? El diálogo apenas comienza…

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